Primero que todo, debemos entender el concepto y saber de qué se trata.
Mindfulness significa atención plena, ser consciente y estar atento al momento presente. Es una práctica que se puede desarrollar a través de la meditación, yoga y la respiración consciente, son los vehículos principales para alcanzar el mindfulness. Por lo tanto, busca conseguir que nuestra conciencia se relaje y no elabore juicios de nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos.
El mindfulness nace de las tradiciones orientales, especialmente del budismo, concretamente de “La meditación vipassana”. El origen del mindfulness se remonta 2.500 años atrás, cuando Siddharta Gautama más conocido como Buda, perfeccionó una práctica religiosa y filosófica que tiene como esencia el mindfulness.
Cabe destacar que esto no significa que esté ligado directamente con la religión, porque la práctica del mindfulnesstiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas en términos muy concretos y de forma demostrable, dejando a un lado filosofías, creencias y religiones personales.
La meditación es una práctica milenaria, que con el tiempo fue expandiéndose y adaptándose a la cultura occidental.
Un exponente clave de esto es Jon Kabat-Zinn, un profesor americano de medicina, fue quien en 1979 inauguró el centro para mindfulness en la facultad de medicina de la universidad de Massachussets e impulsó el programa de reducción del estrés basado en esta práctica. A partir de entonces la investigación sobre el mindfulness se ha multiplicado de forma exponencial, dándose a conocer sus grandes beneficios.
Beneficios de practicar Mindfulness
Mejor control y gestión de las emociones.
Una de la razones principales que las personas tienen al comenzar esta práctica, es que aporta una mejora en la gestión de las emociones. Ayuda a identificarlas, aceptarlas y con el tiempo a comenzar a ser dueño de estas para que en un futuro no los desborden.
Mejora en la concentración.
Después de un tiempo de haber practicado el mindfulness, la persona poco a poco va incorporando el entrenamiento de la conciencia consigue dirigir de forma voluntaria esos procesos mentales, su capacidad de concentración aumenta y se consigue reducir que la persona caiga en despistes y distracciones nada útiles en nuestro día a día.
Este hecho, ha llevado a expertos a aconsejar esta práctica como terapia complementaria en los trastornos relacionados con el déficit de atención.
Mejora la capacidad de la memoria.
Al mejorar su capacidad de concentración, también su memoria funcionará mejor.
Aumento de la relajación.
El mindfulness ayuda a llegar a un estado de calma y un aumento de relajación, que implica que la persona que lo practica se sienta más tranquila, sin ciertas preocupaciones en su cabeza que le roben el tiempo, por ende y como resultado, duermen mucho mejor.
Protege contra el estrés y ansiedad.
Al brindarte calma, tranquilidad y serenidad, consigue proteger a la persona que lo practica del estrés y la ansiedad.
Favorece el autoconocimiento.
Cuando practicamos Mindfulness entramos en conexión con nuestros propios pensamientos, profundizamos en que siento y pienso. Llevarlo a cabo de forma habitual, ayuda a que la persona cada vez se conozca mejor y crezca su autoconocimiento.